Medicina Aeronáutica
Hola viajero, te invito a conocer más sobre la aviación y su papel en la salud y la seguridad de las personas que utilizan el transporte aéreo, tanto tripulaciones aéreas como pasajeros. Para este propósito te hablare desde la Medicina de Aviación o Medicina Aeronáutica, que es la disciplina encargada del estudio, prevención y manejo de las alteraciones físicas y psicológicas que surgen por motivo de los viajes por aire.
El entorno donde se desarrolla la aviación se considera como un ambiente hostil, si tenemos en cuenta que nuestro cuerpo no esta diseñado para las condiciones que allí se presentan. Por este motivo es tan importante que conozcas los factores que pueden afectar tu salud y bienestar cuando vuelas, especialmente si tienes alguna condición de salud específica preexistente y aquí te los voy a enseñar.
Los aspectos más significativos de los viajes por aire incluyen la falta de oxígeno, exposición a cambios de temperatura y presión, desorientación espacial, aceleraciones, ruido, gases atmosféricos e incluso radiaciones ionizantes. A continuación te daré una breve introducción sobre el ambiente de cabina, te explicaré cada uno de los aspectos relacionados al vuelo y te daré algunos consejos prácticos para prevenir complicaciones asociadas con ellos.
Medicina Aeronáutica y ambiente de cabina
Los aviones están diseñados para modificar la presión del aire en cabina, pues nuestro cuerpo no podría resistir las condiciones de presión que existen en las grandes altitudes donde se desarrolla la aviación comercial. En una cabina sin presurizar podrías experimentar rápidamente síntomas como dificultad e imposibilidad para respirar, visión borrosa, mareos, dolor en los oídos, dolor intestinal, articular y finalmente perderías la consciencia.
Entonces, mientras en la parte exterior del avión las condiciones ambientales son incompatibles con la vida, dentro de la cabina el avión se encuentra presurizado, simulando unas altitudes de entre 6.000 y 8.000 pies (una altura cercana a la que se encuentra la ciudad de México), por lo que en estas circunstancias el cuerpo humano aún puede funcionar adecuadamente. Existen algunos aviones como el Boeing 787 o el Airbus 350 que pueden presurizarse incluso a 2.000 pies.
Sin embargo, dentro de la cabina del avión siguen existiendo cambios de presión aunque sean leves, además de otros factores que también pueden generar algunos problemas de salud, como las ventilación, cambios de humedad, temperatura, agentes contaminantes, entre otros. Si eres una persona previamente sana normalmente no experimentarás ningún efecto en vuelos cortos, pero en vuelos largos o si realizas muchos vuelos seguidos si podrías experimentar fatiga, problemas gastrointestinales, nauseas o calambres musculares.
Por otro lado, si tienes alguna condición preexistente como el embarazo, un estado gripal reciente, enfermedades del corazón, enfermedades pulmonares, anemia, entre otras, podrías presentar complicaciones en tu estado de salud si no tomas las medidas adecuadas para tu condición específica. Si este es tu caso, en este lugar estaré publicando algunos consejos útiles para cada tipo de enfermedad. Aún así, siempre es recomendable consultar a un especialista en medicina aeronáutica o aeroespacial antes de volar.
Cambios de presión en cabina:
Aunque las cabinas de los aviones generan un ambiente de presión tolerable para el cuerpo humano, este ambiente suele ser distinto al de los lugares de origen y destino del vuelo. Debido a esto, el nivel de presión se va modificando tanto durante el ascenso como durante el descenso, pudiendo generar molestias en los oídos, senos paranasales o a nivel gastrointestinal. Aquí te dejo algunas medidas prácticas para evitar inconvenientes:
- Antes y durante el vuelo evita el consumo de bebidas carbonatadas o alimentos que tienden a producir gases, como alimentos fritos o con alto contenido de grasa, lácteos, pasteles, además de algunas verduras y granos como el brócoli, cebolla, coliflor, fríjoles, entre otros.
- Durante el ascenso y el descenso se pueden presentar molestias en los oídos, las cuales pueden ser aliviadas fácilmente bostezando, masticando, tragando o bien realizando maniobra de Valsalva, que consiste en una espiración forzada contra la nariz y la boca cerradas (como si fueras a estornudar pero con nariz y boca cerradas, de una forma controlada y con menos fuerza).
- Si viajas con bebés, puedes alimentarlos o darles un chupete para estimular la deglución durante las maniobras de ascenso y descenso, esto les puede ayudar a reducir las molestias ocasionadas por los cambios de presión.
- Si presentas alguna infección del oído, gripa o congestión nasal, idealmente deberías posponer el vuelo para evitar dolor o lesiones. Si eres tripulante, una infección de este tipo puede ser causal de incapacidad.
- Si no puedes aplazar el viaje o debes viajar urgentemente puedes usar medidas como aerosoles o gotas descongestionantes nasales y algunos medicamentos orales que pueden ser recetados por tu médico.
- Si has tenido alguna cirugía o procedimiento reciente es importante que consultes cuentes con el aval de tu médico tratante y consultes a un médico experto en aviación antes de volar.
Temperatura y humedad:
La humedad en cabina suele ser inferior al 20%, lo que puede causar molestias en los ojos, la nariz y la boca, además de resequedad en la piel, así que ten en cuenta lo siguiente:
- Es recomendable que consumas constantemente líquidos tanto antes como durante el vuelo. Ten en cuenta que me refiero únicamente a bebidas sin alcohol, pues las bebidas alcohólicas tienen el efecto contrario y contribuyen a incrementar la deshidratación.
- Usa cremas humectantes en la piel y un aerosol nasal salino para humectar las fosas nasales.
- Si usas lentes procura volar con anteojos en lugar de lentes de contacto, ya que estos últimos pueden generar incomodidad con la resequedad.
Desorientación espacial y aceleraciones:
La orientación espacial es la capacidad que tiene nuestro cuerpo para mantener la postura en relación con el entorno circundante en reposo y durante el movimiento. Esto es algo que normalmente funciona muy bien en tierra, pues somos seres terrestres, pero en un avión es completamente diferente. Los cambios de aceleraciones, la falta de un horizonte y los movimientos del avión pueden generar una serie de inconvenientes como mareos, aturdimiento y sensación de vértigo. Para mitigar estos efectos te recomiendo lo siguiente:
- Tener una percepción visual del ambiente externo te puede ayudar a reducir el impacto de los movimientos del avión, por lo que si eres propenso a sufrir de mareos te recomiendo sentarte siempre junto a la ventana.
- Mantener una adecuada hidratación también es fundamental para reducir los síntomas generados por el movimiento de la aeronave, por lo que si eres propenso a marearte toma mucha agua y evita las bebidas alcohólicas durante el vuelo.
- Generar distracciones como escuchar música, consumir alimentos pequeños o charlar también puede ser de ayuda.
- La aromaterapia con esencias de menta y lavanda pueden ayudar también a disminuir los mareos asociados al movimiento.
- Tumbarse boca abajo, controlar la respiración, cerrar los ojos o dormir también son buenas estrategias para reducir la percepción de movimientos del avión.
- Si eres tripulante o viajero frecuente es indispensable que entrenes a tu cuerpo para estas situaciones, ya que harán parte de tu vida diaria. Lo ideal es exponerse gradualmente a desencadenantes continuos, como una silla de Barany o bien, acudir a periódicamente a juegos mecánicos como montañas rusas.
- También existen medicamentos orales que te pueden ayudar a reducir el mareo por movimientos, por lo que es importante que consultes a un profesional para que conozcas sus beneficios, riesgos y contraindicaciones.
Gases atmosféricos, recirculación del aire y enfermedades infecciosas:
Además de nitrógeno, oxígeno y dióxido de carbono, en la atmósfera existen otros gases como el Ozono, cuya concentración aumenta con la altitud. El ozono se convierte fácilmente en oxígeno, por lo que en los aviones a reacción modernos, casi todo el ozono del aire ambiente se convierte en oxígeno a través de los compresores que proporcionan aire presurizado para la cabina.
Casi la totalidad de los aviones tienen sistemas que recirculan hasta el 50% del aire, mezclándolo con el aire exterior. Este aire pasa a través de una serie de filtros que capturan hasta el 99,9% de las partículas, incluyendo virus, bacterias y hongos. Esto ayuda a limitar la propagación de enfermedades contagiosas que se difunden por aerosoles.
Sin embargo, algunas enfermedades infecciosas aún pueden transmitirse a través de contacto directo con secreciones infectadas cuando una persona tose o estornuda cerca de otra, o por tocar superficies comunes como sillas, puertas o incluso el grifo del baño. Por esta razón es indispensable que tengas en cuenta las siguientes medidas para prevenir la propagación de enfermedades infecciosas mientras vuelas:
- Si tienes tienes una infección respiratoria activa o aún estas dentro del periodo infeccioso debes reprogramar tu vuelo. Actualmente las aerolíneas cuentan con políticas flexibles para evitar la propagación de enfermedades infecciosas.
- Lávate las manos frecuentemente y usa gel antibacterial (que contenga al menos un 60% de alcohol) cada vez que tengas contacto con alguna superficie del avión.
- Utiliza mascarilla en todo momento y cúbrete la boca con el codo al toser o estornudar.
- Debes estar al día con las vacunas de rutina y recibir las vacunas específicas dependiendo del destino antes de viajar.
- Enterarte sobre posibles brotes de enfermedades en la región a la que viajas, así como los requisitos tanto de entrada, como de salida. Aquí puedes consultar una herramienta del CDC con información relevante, dependiendo del destino al que viajes.
- También puedes consultar a un médico experto en medicina aeronáutica o del viajero si viajas a una zona endémica de Malaria y requieres profilaxis, si tienes dudas sobre los requisitos de vacunas o las enfermedades prevalentes de la región que visitas.
Radiación cósmica:
La radiación cósmica esta presente en todas partes, por lo que incluso en nuestra casa estamos siempre recibiendo dosis mínimas de radiación cósmica. Sin embargo, en la tierra estamos protegidos por diferentes barreras como el campo geomagnético terrestre, el campo electromagnético solar y la propia atmósfera, lo que permite posible la vida.
En la altitud que se desarrolla la aviación comercial el efecto protector de estas barreras naturales es menor. Esto es especialmente importante en regiones polares, donde la orientación del campo magnético es distinta y la masa protectora de la atmósfera es menor.
Pero no te preocupes, aunque no existen actualmente métodos para aislar la radiación cósmica, en un vuelo normal e incluso en un vuelo largo el nivel de radiación recibido no es mayor que el de una radiografía. Sin embargo, para las tripulaciones aéreas y viajeros frecuentes si es muy importante tener conocimiento de la dosis recibida, principalmente para vuelos internacionales de larga distancia o vuelos transpolares.
Se ha encontrado que en trayectos cortos el promedio de dosis recibida varía ente 1 y 3 microSv/hora, mientras que en trayectos largos es de aproximadamente 4-5 microSv/hora y en vuelos supersónicos hasta de 15 microSv/hora. Aquí te dejo una herramienta te permite hacer un calculo estimado de la dosis recibida de acuerdo con la ruta aérea en la que viajes.
La Comisión Internacional de Protección Radiológica (ICRP por sus siglas en ingles) ha establecido 1 mSv por año como estándar básico de seguridad para la protección de la salud del público en general contra los peligros derivados de las radiaciones ionizantes adicionales. Las personas que reciben dosis por encima de este valor se consideran como ocupacionalmente expuestas.
Ruido y vibraciones:
El flujo de aire, los motores inferiores, las superficies de control y los sistemas de intercomunicación son fuentes potenciales de ruido en aviación. Incluso si el ruido no parece muy fuerte, después de un período de tiempo la exposición a ruido puede provocar efectos como aumento de la frecuencia cardíaca, la actividad digestiva y tensión muscular. Estas alteraciones llevan problemas como fatiga, estrés e incluso problemas cardiovasculares, metabólicos, del sueño y pérdida auditiva a largo plazo.
Referencias bibliográficas
- Davids J, Johnson R, Stepanek J, Fogarty J. Fundamentals of aerospace medicine. 4th Ed.
Philadelphia: Lippincott Williams & Wilkins; 2008. P. 221-234. https://books.google.es/books/about/Fundamentals_of_Aerospace_Medicine.html?id=_6hymYAgC6MC&hl=es - Gradwell D, Rainford D. Ernsting’s Aviation and Space Medicine 5E. January 22, 2016. https://books.google.com.co/books/about/Ernsting_s_Aviation_and_Space_Medicine_5.html?id=WmymCwAAQBAJ&redir_esc=y